Quién nunca soñó con lo imposible, todos nos imaginamos un cuento de hadas alguna vez, encontrar al gran amor, ser felices para toda la vida, eso es lo que siempre quisimos pero no teníamos idea de la realidad. Al ser chicos vivíamos fantaseando, disfrazados de esos personajes que nos despertaban la emoción de ser chicos, pensábamos que vivíamos en un mundo de colores, que las personas enamoradas duran para toda la vida, hasta que crecemos y caemos en la farsa.

Eso era lo más mágico de ser chicos, estar en un mundo creado por nuestra imaginación, donde cada día teníamos aventuras nuevas, donde éramos completamente felices y cada día brillaba el sol.

Ahora vivimos preocupándonos por si nos enamoramos, es un sentimiento divino y horrible a la vez, un día estás feliz de la vida y al otro te preguntas para qué mierda existe el amor, por qué me tuve que enamorar, por qué sufro tanto por vos, por qué. Por qué la vida es así si en las películas solo hay sonrisas y mucho amor, y en la realidad solo lagrimas y ganas de no amar jamás.

Esa es mi razón, esa es la razón de que vivo soñando con las historias de amor de las películas, porque aunque me duela estar enamorada, llega un momento en que siento que el mundo es mejor, me siento feliz y así me gusta estar, feliz.

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